El sombrero vueltiao es un sombrero típico de las sabanas de Córdoba y Sucre, en la Costa Caribe de Colombia, y la principal pieza de artesanía del país. Es una prenda que tiene su origen en la cultura indígena zenú, asentada en la región del río Sinú. El municipio de Tuchín es considerado la cuna del sombrero vueltiao. Se elabora de las hojas de la caña flecha, palma nativa de la región. El Congreso de Colombia lo elevó a la categoría de Símbolo Cultural de la Nación mediante la Ley 908 del 8 de septiembre de 2004.
Tipos de sombreros
La calidad del sombrero depende del tipo de fibra que se utilice (ordinaria o fina) y de la cantidad de tiras de fibra trenzadas. Un sombrero de calidad será flexible y liviano. De acuerdo con el número de pares de fibra que conformen las trenzas, los sombreros vueltiaos pueden ser:
Quinceano. Se fabrica con trenzas constituidas por 15 pares de tiritas. Es el más sencillo y de menos calidad. Muy popular y barato. Se hace con las fibras ordinarias (no flexibles) en unos 3 días. Si se logra elaborar un trenzado mejorado a la encopadura, el sombrero se denominará "quinceano cotejao" o "machi-hembriao".
Diecinueve. Se fabrica con trenzas constituidas por 19 pares de tiritas, obtenidas de fibras finas. Más fino que el anterior, su hechura puede llevar una semana.
Veintiuno. De trenzas de 21 pares de tiritas. El más fino de los comerciales. Su hechura puede llevar de 10 a 15 días. Único que por su suavidad y peso puede doblarse, reducir su tamaño al de un pañuelo, llevarse en un bolsillo, y recuperar su tamaño y forma originales sin deformarse al momento de abrirse de nuevo.
Veintitrés. Sus trenzas tienen 23 pares de hilos de fibra de palma. De gran finura y suavidad, se hace usualmente por encargo. Su fabricación puede llevar hasta 20 días. Cabe enfatizar que sus trenzas se elaboran con hilos de fibra de palma, no con tiritas.
Veintisiete. Trenzas de 27 pares de hilos de fibra de palma. El más fino y menos comercial de los sombreros vueltiaos. Su hechura puede tomar alrededor de un mes.